Sobre la JMJ Madrid 2011

No debería sorprendernos pues entra en su lógica. Tan ilógica por otra parte. Y tan endeble de argumentos. Pues sólo hay uno: el odio a la Iglesia. Aunque se quiera camuflar con otros que no se sostienen. Como por ejemplo el del coste de la visita. Con dos variantes. La del monto en sí y la de que recaerá en aquellos que son contrarios a la visita. Respecto a la cifra total, que varía según los medios, da la impresión de que sólo van a pagarla los repateados por el viaje del Papa. Cómo si no hubiera millones de españoles que están encantados con él. Pero a esos qué les den  morcilla. Tal que fueran ciudadanos de segunda sin el menor derecho.

Tampoco consideran la rentabilidad de la inversión que va a poner a Madrid, y a España, a coste cero, en todos los medios de comunicación del mundo y sin que cueste un euro. Y con lo que eso vale. La idea genial de Rouco de concentrar en Madrid obras señeras del arte religioso, que aparecerán en todas las televisiones, es un reclamo para el turismo impagable. Más lo que van a dejar cientos de miles de desplazados a la hostelería. Y un recuerdo imborrable en todos esos jóvenes, muchos de los cuales querrán volver a España. Y no sólo a Madrid porque no pocos de ellos han sido acogidos en las restantes diócesis, en otra idea magnífica que les va a vincular con otras muchas ciudades de España. También ha estado habilísimo el arzobispo de Madrid al comprometer en la visita a los más importantes empresarios españoles que han asumido una parte notable del coste del viaje. Aunque haya cretinos que se desgarren las vestiduras con escándalo fariseo. Más lo que aporta la Iglesia española. Pueden por tanto estar tranquilos los opositores que ellos no pondrán ni un duro. Ni les van a subir los impuestos por ello.


Acontecimientos importantes tienen un coste de seguridad, de dificultades para la circulación, de gastos de representación… La boda del Príncipe, la visita de la mujer de Obama, o de altos dignatarios extranjeros, las victorias del Madrid o del Barça, las manifestaciones sindicales, las huelgas impuestas…  Y si ya contamos las aportaciones a partidos y sindicatos, al cine español, los consejeros que no aconsejan, los parientes colocados, etc., etc. estamos ante un derroche fabuloso. ¿Y alguien me pregunta a mí si quiero subvencionar a los actores de la zeja o a Cándido Méndez, Fernández Toxo y sus mariachis? ¿O a Bildu? ¿Y a aquellos a quienes no les gusta el fútbol, la celebración de la Copa del Mundo? ¿O las asignaciones a las lesbianas de Zimbawe? ¿Y el mapa del clítoris? ¿O los abortos que pagamos los católicos?


Estamos pues ante un coste ridículo ante lo que de dilapida por todos lados. Pero ya digo que eso es un pretexto para engañar a bobos. Su odio a la Iglesia queda de manifiesto en la manifestación contra la visita del Papa, en la huelga de Metro convocada, qué casualidad, en plena visita, en la propaganda contra la misma… Y en eso se han unido todos. Desde la Iglesia contestataria al Partido Comunista, los “indignados” , la prensa hostil a la Iglesia, los gays y lesbianas  y hasta la momia de José Luis Sampedro.


Ahí sí que están todos los que son y son todos los que están. No es una amalgama de fuerzas distintas sino que son los mismos perros y hasta con los mismos collares. Perroflautas incluidos.
Cayo Lara, a quien no siguen ni los de su partido, quiere pescar en el caladero de los antipapa los votos que no tiene. Pero ese caladero tiene poquísimos peces y ya se ve la pesca de ZP. Es que los hay más tontos que Abundio. Que Abundio Rodríguez Zapatero. Algún cura casado sabe que esa es su fuente de ingresos y la vida está muy dura. Hay periodista que quiere hacerse perdonar fervores religiosos del pasado, lo mismo que otro político fracasado e intelectual de escaso intelecto. Monjas desnortadas que se apuntan a todo lo antieclesial tal vez en venganza del fracaso de sus vidas. Sindicalistas que han hundido sus organizaciones y no saben qué hacer para conservar su dolcisimo far niente. Más los restos de los “indignados” que son lo peor de los mismos una vez desengañados los ilusos que creyeron en aquello.  Y ya como toque absolutamente friky algún purista eclesial, más papista que el Papa, y que se cree que Cristo le confió a él las llaves de la Iglesia.